Lo más probable es que tu hijo mayor responda de muy diversas formas: a veces estará fascinado, otras celoso, desinteresado, curioso o colgado de ti. Su comportamiento dependerá en parte de su temperamento. Los niños que son más flexibles, quizás se adapten más fácil y rápidamente que los niños que necesitan tiempo para acostumbrarse a los cambios y prefieren las rutinas.
La reacción de tu primogénito a la llegada del bebé puede ser retarte o volver a un comportamiento más infantil (por ejemplo, puede empezar a despertarse por la noche o llorar sin motivo). Lo más normal es que su deseo de atención sea mayor cuando estés dando el pecho al bebé o cambiándole el pañal.